sábado, 7 de marzo de 2009

Lo MeJoR DeL PeR!oD!sMo CoLoMb!aNo

PREMIOS SIMÓM BOLIVAR 2004
CANAL CAPITAL Y CANAL UNO- BOGOTÁ
CRÓNICA O REPORTAJE
HOLLMAN MORRIS
CASO JAIME GARZÓN
PROGRAMA CONTRAVÍA

OP¡N¡ÓN

UNA RISA QUE DESAPARECE Y UNA NUEVA HISTORIA QUE SE ESCRIBE

Alejandra Llerena Montenegro

Desde siempre el trabajo de los periodistas ha sido criticado por muchos y admirado por muy pocos, simplemente porque cada uno de nosotros puede husmear donde le plazca, claro está que ese ‘rebusque’ de la información no nos puede llevar a determinar una cierta verdad, por consiguiente debemos ser cuidadosos con lo emitido porque los directamente responsables seremos los periodistas.

Sin embargo, esa búsqueda de la verdad cuya finalidad es que los diferentes públicos no traguen entero se ve opacada por aquellos que nos les conviene que sus “porquerías” salgan a la luz pública dañando la imagen que según ellos tanto esfuerzo les ha costado construir.

Un claro ejemplo de ello fue ese viernes 13 de agosto de 1999, a las 5:45 am cuando Jaime Garzón Forero fue asaltado en su camioneta por un par de sicarios que le propiciaron cinco tiros en la cabeza, en el momento que se dirigía a su programa en la emisora Radionet.

Garzón se caracterizó por su versatilidad. En 1986 cuando fue alcalde local en Sumapaz, actual localidad de Usme, en Bogotá empezó a ejercer un papel importante en negociaciones de paz usando sus contactos con guerrilleros de las FARC, para mediar en algunos secuestros. Esa intervención como actor de paz y tomado esto por los paramilitares como un guiño a la guerrilla le fue creando su sentencia de muerte.
Sin embargo, un año después fue destituido por el alcalde mayor de esa época, Andrés Pastrana Arango, debido a sus diferencias con él y a sus monerías de imitación de personajes, esto último fue lo que le dio acceso al mundo como humorista, aquí Jaime impuso un nuevo estilo de periodismo y de hacer crítica, lo cual se miraba reflejado cuando enfrentaba Instituciones del Estado.

Sus imitaciones caricaturescas se burlaban de la realidad de una Colombia envuelta en la corrupción, el narcotráfico y la escena política. Tanto en los programas Zoociedad, como en Quac, el noticiero, Garzón puso en sus personajes las distintas maneras de mirar un mundo inmediato, pero con su toque especial; prueba fehaciente de ello fue el lustrabotas Heriberto de la Calle, el último personaje que encarnó y quizás el más recordado.

Y pese a todo esto Jaime Garzón nunca se imaginó que a la risa la fueran a asesinar, ni los sicarios que le hicieran una despedida apoteósica, digna de un hombre que podía interpretar a las mayorías.

Para Mery Garzón, su maquilladora no fue sorpresa el cariño de miles de personas, pero sí lo fue el presentimiento que Jaime le compartió el jueves 12 de agosto de 1999, después de haber recibido varias amenazas, en el cual afirmaba “hasta mañana tengo plazo de vida” y le pidió que le hiciera un monumento.

Consecuentemente el principal sospechoso de su muerte fue Carlos Castaño, jefe máximo en ese momento de las Autodefensas. Cuarto años más tarde los abogados tienen dudas sobre la inconsistencia en cómo se ha llevado el caso de Jaime Garzón, quizá porque éste dinamizador de proceso de paz representaba un problema para los intereses económicos del país.

Cabe resaltar que la acidez de las críticas hechas por Jaime y la virtud de lanzar punzadas con humor, pero sin pelos en la lengua le había sumado no pocos enemigos. Pese a ello, Garzón nunca abandonó sus ideas de hacer de Colombia un país justo y en paz, aunque esto significara que lo tuvieran que matar, por decir siempre la verdad.

Esa verdad que cada periodista debería manejar en pro de una comunidad y no de sus propios intereses, aquel trabajo que se base en la inmersión total con el fin de obtener una buena investigación y las evidencias necesarias para posteriormente armar una historia, esa que nos esclarezca los hechos y no como el Caso de Jaime Garzón que en la actualidad sigue en la impunidad.





No hay comentarios: